Figura 1. Dentadura de Blennius |
Introducción
Es una familia de peces óseos muy bien representada en nuestras costas. La mayoría son de pequeño tamaño y miden de 2 a 8 centímetros, aunque los mayores de nuestra fauna pueden alcanzar los 20 cm. Viven sobre las rocas cubiertas de algas, y a muy poca profundidad. Suelen estar quietos por lo que pasan desapercibidos y si se les molesta realizan desplazamientos cortos y muy rápidos en línea recta hasta que se vuelven a detener. A los ejemplares de mayor tamaño se les puede ver nadando libremente y su comportamiento es diferente. Hay muchas especies y un buen número de ellas son territoriales y viven formando comunidades de varias especies. Para ello, cada una tiene un espectro alimentario diferente y juntas se reparten todo el alimento disponible en su territorio.
En la figura 1 se muestra el aspecto general de la
dentadura, en vistas labial y lingual.
Los dientes
Figura 2. Dientes de B. pholis. |
Los dientes son muy parecidos en todas las especies y en
cada uno de los individuos. Su aspecto recuerda a nuestros incisivos, pero
presentan una longitud y una inclinación gradualmente variable desde el centro
hasta la comisura. En algunos casos se
aprecian saltos bruscos en ese tamaño, que coinciden con la presencia de
dientes de sustitución que se están formando por debajo de los funcionales. En la figura 2 se muestran aislados, pero guardando su
posición en la mandíbula, los dientes de la hemimandíbula Blennius pholis en la se aprecia el tamaño real de cada uno de
ellos y las diferencias entre los del mismo individuo.
Figura 3 |
En la figura 3 se representa un esquema de una dentadura en
general. Las x indican dientes en los que se puede observar la
presencia de otros de sustitución, en estado incipiente.
Modo de sustitución
Los Blénidos, son polifiodontos, por lo que sustituyen
muchas veces los dientes a lo largo de la vida. Este proceso está representado
en la figura 4. Entre la corona y la raíz se forma una línea de menor
resistencia por donde se romperá el diente cuando llegue el momento de la
sustitución. En 4a se representa un diente de color blanco con la raíz
implantada en la mandíbula y la corona en el exterior. Debajo de ese diente
funcional se aprecia otro, en formación, relleno de color.
Cuando éste último alcance el tamaño adecuado llegará a
contactar con el diente funcional y será la señal para que éste empiece a
debilitar la línea de rotura. A medida que va aumentando de tamaño, empuja al
funcional hacia el exterior, y llega el momento en que éste se rompe por la
línea de ruptura y cae la corona. La raíz queda en el interior de la mandíbula
y terminará por reabsorberse. El diente de sustitución tiene fuera a buena
parte de la corona, y mientras termina su crecimiento definitivo, se va
desplazando hasta ocupar el lugar que ocupaba antes el diente que ha caído.
Debido a este proceso, cuando se observa una mandíbula de
Blénido se pueden encontrar dientes en varios estadios diferentes. El funcional
corresponde con la figura 4a mientras que en 4b y 4c está como antes de ser
sustituido y en 4d después de esa sustitución. Esto es importante si se quiere
hacer biometría o si se desean conocer los ritmos de sustitución. Este proceso
hace que los dientes se estén sustituyendo continuamente, pero en todo momento
se mantiene un buen número de ellos funcionales, para no interrumpir la captura
del alimento.
Figura 4. Modo de sustitución de un diente de Blénido
(Comas 1985).
|
Modelo matemático
En la figura 5 se representa un diente en vista lateral,
cada uno tiene una parte visible, la corona y una parte profunda, que no se ve,
la raíz. La parte externa es una línea convexa y la interna está formada por
dos líneas cóncavas separadas por una pequeña protuberancia.
Para hacer los cálculos morfométricos se consideran
3 puntos. A y B son los extremos del diámetro anteroposterior en la unión
raíz-corona y sirven de referencia para trazar una línea patrón. El punto E es
el ápice del diente. A partir de este punto se pueden calcular las distancias
que se indican en la figura 5. EH es la perpendicular desde E hasta la línea
patrón. El cociente entre EB y HB nos permite conocer el valor de la tangente
del ángulo q y en consecuencia el valor del ángulo en grados.
Si en cada uno de los dientes de un individuo se trazan las
líneas que se han indicado en la figura 5, se podrá representar la dentadura de
ese ejemplar como se señala en la figura 6, sólo con las líneas, sin necesidad
de colocar los dientes. En ella se aprecia que el tamaño de los dientes de una
mandíbula varía gradualmente desde el primero (el central) hasta el último, en
la articulación.
En la tabla I se indican los datos obtenidos en un ejemplar de B. incognitus. La primera columna indica el número de orden
de cada diente; la siguiente el estadio en el que se encuentra, según lo
explicado en los ritmos de sustitución; las siete que siguen muestran el valor
de cada uno de los parámetros que se pueden medir según la figura 5.
En la columna siguiente (HB/EH) se indica el índice entre
los valores de dos catetos de un triángulo rectángulo, por tanto es el valor de
la tangente del ángulo, que se indica en la columna siguiente. Se aprecia que
éste disminuye desde el primer diente hasta el último, si bien, esa disminución
no es continua y homogénea si consideramos los dientes de acuerdo con el sitio
que ocupan. Sin embargo, lo es mucho más cuando se comparan dientes que están
en el mismo estadio de sustitución. En esta especie, están en el mismo estadio
cada tres dientes, y ese es su ritmo de sustitución. En los ejemplares
considerados de las distintas especies, el mayor ángulo lo posee siempre el
primer diente y el más pequeño le corresponde al último.
En la última columna (EBn / EB(n-1)),
se indica el valor del cociente entre los parámetros mayores de dos dientes
consecutivos para ver si siguen alguna regla determinada. Se aprecia que los
valores son muy parecidos, con una media de 1,055 y una desviación estándar
0,06, es decir, inferior al 10%, lo que hace pensar que realmente la variación
entre dientes sucesivos es gradual y progresiva.
Con la letra X representaremos el valor de la media o razón
de la progresión geométrica entre dientes adyacentes. También se puede calcular
con la expresión 1, que aplicada a los datos de la tabla I resulta X= 1,057
Con la letra Y representaremos la variación entre
dientes consecutivos expresada en grados. Se puede calcular con la expresión
Y = (ángulo primer diente–ángulo último
diente)/(número de dientes -1)
El valor de referencia buscado se denomina Z
y se calcula mediante la expresión 2, que que, aplicada a los datos de la
tabla I resulta Z = 1,035.
En la tabla II se indican los valores representativos para
cada especie de las indicadas en la primera columna. En la siguientes se
indica: valor de los módulos mayor (M) y menor (m); ángulo mayor (Aº) y menor
(aº); los valores de X, Y, Z, calculados como se ha explicado, y por último el
valor de b, que se verá más adelante.
Interpretación del modelo
Figura 7. |
Los cambios en la forma de los dientes, que se aprecian en
un ejemplar de cualquiera de estas especies, son comparables a los que se
aprecian en una viga que sobresale de una zona de apoyo y a la que se aplica
una fuerza constante en el extremo. Si se interpreta el extremo de la viga como
el ápice del diente (punto E), las deformaciones que experimentará en periodos
de tiempo semejantes (figura 7) son comparables a los dientes de cualquiera de
las especie de blénidos. Diferentes fuerzas y diferentes espacios de tiempo
darán lugar a distintas deformaciones, del mismo modo que han podido surgir las
diferencias entre la dentición de cada especie.
Las posiciones que ocupa a lo largo del tiempo están
relacionadas entre si por la
ecuación de una curva exponencial, semejante a:
M = Kebq
En la que:
M, es el valor del módulo EB
q, es el ángulo EBO
considerando al lado BO como origen
K, es constante, equivalente al valor del módulo para un
ángulo q = 0º
b, es una constante que afecta a la curvatura, de modo que
los valores mayores de este parámetro determinan una mayor convexidad.
La ecuación anterior se puede transformar en la de una
recta, aplicando logaritmos, de la siguiente forma:
LnM =
lnK +bq
Figura 8. Representación logarítmica de las rectas propias de cada especie |
En consecuencia, con los valores de cada especie se puede
representar cada una de ellas por una recta y se puede hacer que todas tengan
el mismo origen. El resultado se muestra en la figura 8. Las líneas se disponen
como las varillas de un abanico pero se han hecho las correcciones oportunas para que todas tengan el mismo origen. La inclinación depende del valor de b.
Cuando dos especies estén representadas por la misma línea, con la misma
inclinación, es porque tienen igual (o muy parecido) el valor de b. En este
caso se considera más primitiva a la que tiene el valor del módulo más pequeño,
es decir los dientes más pequeños. Creemos que esto debe ser así porque los
dientes de los Blénidos tienen una forma muy especializada y parece más lógico
pensar que inicialmente se formaron de pequeño tamaño, a partir de dientes en
carda, como ocurre en otras familias de peces.
Al valor de b se le puede aplicar la ley de la regresión a
la media inicial, de Crusafont, según la cual la especie más primitiva tendrá
un valor de b cercano al promedio, es decir:
A partir de ella, la aparición gradual de una especie nueva puede surgir por dos vías diferentes:
A partir de ella, la aparición gradual de una especie nueva puede surgir por dos vías diferentes:
1. Con distinto valor de b (aumentando o
disminuyendo) y por tanto cambiando el ángulo de inserción de los dientes. En
este caso la más primitiva es la que posee el valor de b más próximo al valor
promedio de todas las especies.
2. Con el mismo valor de b pero con módulos
distintos, siendo más primitiva la de valores más pequeños.
Razón entre las especies
Como se ha visto, los módulos de los dientes de cada
individuo están relacionados por la razón de una progresión geométrica, lo que
ha permitido calcular el valor Z, o incremento para un grado en cada una de las
especies. De este modo tenemos una unidad de medida aplicable a todas las
especies, cualesquiera que sean sus dientes y que permite compararlas entre ellas.
Si hay una razón geométrica entre los dientes de cada
especie, se puede pensar en la posibilidad de que también haya otra razón
semejante entre los dientes de las diferentes especies. Al fin y al cabo, este
es el sistema como actúan o se diseñan los algoritmos matemáticos en los
programas informáticos que permiten transformar una forma en otra mediante un
determinado número de “pasos”.
Para averiguar si existe esa razón entre las especies, las
ordenaremos de acuerdo con los valores de Z en sentido decreciente, tal como
estaban en la tabla II y calcularemos el índice (Zn/Zn-1),
entre cada dos consecutivas. En la taba III se indican los valores obtenidos en
la correspondiente columna. Por comodidad se ha repetido en la columna los
valores que se mostraban en la columna Z de la tabla II.
Antes de realizar ningún cálculo con esos valores haremos
dos consideraciones. La primera es
que B. cristatus tiene un valor de Z muy alejado de los que poseen las
restantes especies (1,145). La segunda es que hay dos grupos de especies: rouxi y pholis por una parte y ocellaris e incognitus por la otra, con valores Z muy parecidos: 1,061 - 1,060
y 1,035 - 1,036 respectivamente. Estos datos tienen importancia porque si se
calcula el valor de la razón entre las especies (como se hizo para conocer X)
el número de pasos a considerar es 9, no 12, descontando las especies citadas.
Así la fórmula a utilizar es:
Por cualquiera de los dos caminos el valor obtenido ha sido 1,0072. Se le puede denominar “razón entre especies” porque es el valor por el que hay que multiplicar o dividir Z de una especie para obtener el de una especie próxima. Este valor equivale a la “unidad evolutiva” y representa en definitiva el “latido evolutivo” en el sentido de Crusafont.
Por cualquiera de los dos caminos el valor obtenido ha sido 1,0072. Se le puede denominar “razón entre especies” porque es el valor por el que hay que multiplicar o dividir Z de una especie para obtener el de una especie próxima. Este valor equivale a la “unidad evolutiva” y representa en definitiva el “latido evolutivo” en el sentido de Crusafont.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que: b = ln de la razón del incremento = lnZ
Al sustituir, resulta que
Ln 1,0072 = 0,00717, por lo que, al trabajar con logaritmos neperianos (ln)
éste será el valor que se deberá sumar o restar al valor de b de la especie
primitiva para conocer los valores de b de las nuevas especies.
MOD de Blenniidae
El MOD (Modelo Objetivo de Diversificación) se
muestra en la figura 9 y se obtiene a partir de las siguientes premisas:
1. Se considera como especie primitiva la que posee para b,
el valor medio de los que se muestran en la tabla II, es decir 0,0515.
2. A partir de ésta, se consideran especies próximas a las
que están separadas por una sola unidad evolutiva o de cambio. Se obtienen en
sentido ascendente y descendente, sumando y restando la razón del incremento
(0,0071).
Figura 9. MOD obtenido a partir de los valores de b. |
3. También se puede producir una especie próxima cuando se
mantiene el mismo valor de b, pero aumenta el tamaño del diente (incremento
del valor del módulo EB), como se explicó en la figura 8.
En la figura obtenida, cada especie está en la celda que le
corresponde de acuerdo con su valor de b. Cuando se sitúan varias especies en
la misma línea horizontal, la más cercana al origen es la que posee los dientes
más pequeños. En los extremos se señalan las tendencias diversificadoras
que se han apreciado en el conjunto de especies. El valor de Zn/Zn-1
= 1,060 (Tabla III) correspondiente al paso entre B. cristatus y B. gattorugine,
que no se consideró en su momento, ahora queda perfectamente encajado. Quedaba
alejado porque entre esas dos especies hay un hueco semejante al que se
encontraría entre seis especies.
MOD según el número de dientes
Figura 10.MOD de los Blenniidae según el número de dientes |
Las flechas indican la tendencia marcada hacia aumentar el
número de dientes. Se considera un acierto cuando entre especies próximas se da
ese aumento y se engloba en una elipse de color gris. El número inicial (8,8)
no es acierto ni fallo, se considera neutro y a partir de él se aprecian 8
aciertos y 4 fallos.
MOD según el índice entérico
Figura 11. MOD con el índice entérico |
MOD según datos cromosómicos
En la figura 12 se indican en cada cuadro tres cifras que
equivalen a: número de cromosomas, número de brazos de los cromosomas y
cantidad de ADN. Los datos proceden de Cano, J.; Thode,G y Álvarez, MC. 1982.
Los criterios básicos que se han asumido han sido los siguientes:
a) El número inicial de cromosomas es de 48, valores
inferiores equivalen a formas más evolucionadas
b) Mayor numero de brazos cromosómicos implica especie más
evolucionada.
El número de cromosomas varía entre 46 y 48 y las especies
con 46 están en la parte de la figura considerada mas evolucionada. Por esta
razón se considera un acierto. No se tienen en cuenta las restantes especies
porque este carácter no permite una excesiva variación, como ocurre con otros
muchos.
En este caso hay 10 aciertos, 5 fallos y 3 neutros.
Conclusión
En total se han contemplado 40 casos en los que ha habido 24
aciertos, 11 fallos y 5 neutros. Es importante tener en cuenta que solo hay una
ordenación válida, mientras que cualquiera otra es incorrecta. Esto significa
que la probabilidad de acertar es muy inferior a la probabilidad de fallar, sin
embargo, a pesar de ello, el número de aciertos es mas del doble que el número
de fallos.
Por otra parte, si bien la valoración de los resultados es
muy personal, también es importante tener presente que los datos considerados
no son personales, sino que proceden de diferentes autores, que los calcularon
fijándose en caracteres morfológicos o genéticos, sin intención de utilizarlos
para estudios de tipo filogenético. Por nuestra parte nos hemos limitado a
diseñar el MOD de acuerdo con las variaciones de los módulos dentarios y a
colocar a cada especie en el sitio que le corresponde según sus valores.
Bibliografía.
Cano, J.; Thode, G y Alvarez, MC. 1982. Karioevolutive
considerations in 29 Mediterranean Teleost Fishes. Vie et Milieu, 32(1):21-24
Carvalho, F.P. 1982. Ethologie alimentaire de trois poissons
Blenniidae de la côte Portugaise. Bol.
Soc.port. Cienc. Nat. XXI:31-43.
Comas, Mª. A. 1985. Memoria de licenciatura. UIB
Crusafont, M. 1962. Algunos principios téoricos derivados
del cálculo masterométrico. Bol. R. Soc.
Esp. Hist. Nat. (B), 60: 167-176.
Lozano Rey, L.,1952. Peces
fisoclistos. Mem. R. Acad. Cienc., Madrid, 378 págs.
Papaconstantinou, C. 1977. The dentition of some Mediterranean
Blennii (Pisces, Blenniidae). Mem. Biol.
Mar. Ocean. VII(1-2):11-19
No hay comentarios:
Publicar un comentario