Introducción.
Los Sparidae son una familia de peces óseos caracterizada
esencialmente por la heterodoncia que presentan muchas de sus especies. Tiene
muchas especies en el Mediterráneo, y además son muy apreciadas en el mercado,
por lo que es fácil encontrar ejemplares como material de estudio.
A partir de la idea básica de que la alimentación es la base
de la diversificación, para poderla apreciar nos fijaremos en diferentes
aspectos relacionados con esta función como son: 1) los dientes; 2) la fórmula
dentaria; 3) el ángulo de potencia; 4) el índice entérico y 5) el MODT.
A modo de ejemplo se presentan en la figura 1 el premaxilar
y el dentario de Diplodus sargus. El
primero en vista labial y lingual y el segundo en vista dorsal. Se aprecia que
tiene unos grandes incisivos en la parte anterior del borde externo y unos
molares de tamaños variados, dispuestos en varias filas. El tamaño de éstos se
va incrementando en sentido antero-posterior, de modo que los más pequeños están
situados en posición anterior y los mayores en la parte posterior.
Figura 1. |
1. Los dientes.
En la familia Sparidae hay cuatro tipos de dientes: carda,
incisivos, caninos y molares.
Los primeros, denominados en carda, son muy numerosos y de
tamaño muy reducido por lo que resulta imposible contarlos, su aspecto es
semejante a los pelos de una barba humana de varios días, por lo que algunos
autores también dicen de ellos que son “piliformes”. Si se tuviera que
cuantificar su presencia, tal vez sería más apropiado considerar la superficie
que ocupan en el conjunto de las mandíbulas. En las fórmulas y en los cuadros los
denominaremos con la letra inicial en mayúscula (C).
Los incisivos recuerdan por su aspecto a los de mamíferos y
también están insertados en el borde anterior de las mandíbulas. Puede haber un
gran número dispuestos en una sola fila o, como en la fotografía de la figura
1, tener unos pocos en cada mandíbula con un desarrollo más o menos
considerable. En las fórmulas y en los cuadros los denominaremos con la letra
inicial en mayúscula (I). Los incisivos se presentan en número fijo y constante
y las diferencias que puedan observarse entre las mitades derecha e izquierda,
en cuanto al número, se deben al estadio en que se encuentran los dientes
debido al ritmo de sustitución.
Los caninos tienen el aspecto de un cono terminado en punta
aguda y, en general, inclinados hacia el interior de la boca para dificultar la
salida de las presas capturadas. Se pueden disponer en gran número, en una sola
fila externa, ocupando toda la mandíbula; haber sólo unos pocos muy bien
desarrollados en la parte anterior o en una fila externa con variación gradual
de tamaño y unos pocos en posición anterior extraordinariamente desarrollados (Dentex). En las fórmulas y en los
cuadros los denominaremos con las dos primeras letras para diferenciarlos de
los dispuestos en carda (Ca).
Incisivos y caninos ocupan la misma posición en las
mandíbulas, sin embargo suponen especializaciones a diferentes tipos de
alimentación. Esta razón explica que no puedan coexistir y hayan debido
aparecer en líneas evolutivas diferentes. De hecho nunca hemos observado una
especie que presente estos dos tipos de dientes, mientras que cualquiera de
ellos puede presentarse junto a los de carda y a los molares.
Figura 2. |
Los dientes en carda parece ser que son los más primitivos,
tanto filogenética como ontogenéticamente. A partir de ellos se aprecia en las
distintas especies como se van engrosando y llegan a parecer pequeños molares o
pequeños caninos según la posición en la que se encuentren. Por tanto, se presentan
dientes intermedios entre ambos tipos que no se pueden incluir en ninguno de
ellos con facilidad. También hay dientes de transición entre los caninos y los
molares, pero siempre en el borde externo de las mandíbulas de modo que, cuando
ocurre esa transición, los más adelantados son caninos y los posteriores son
molares. Los dientes de transición, en este caso tienen el aspecto de un
cilindro terminando en una pequeña punta (figura 2). Esa gradación de tamaños
entre carda y caninos, carda y molares, y caninos y molares, hace que se
aprecien muchos dientes con aspecto intermedio entre un tipo u otro. Por esta
razón son difíciles de contar.
2. Fórmula dentaria.
Como los dientes en carda y los de transición resultan
difíciles de cuantificar, para determinar la fórmula dentaria de una especie se
han tenido en cuenta dos características: a) el grado de especialización de
cada tipo dentario y b) la superficie relativa que ocupa cada tipo dentario
sobre el hueso correspondiente. Esta decisión no resuelve los problemas ya que
ambos aspectos no tienen porqué estar relacionados directamente. En efecto, un
tipo de dientes especializados puede presentarse en escaso número y ocupar una
superficie pequeña, mientras que otro tipo menos especializado puede necesitar
mayor número de dientes y ocupar una superficie mucho mayor. Se ha resuelto
este problema indicando el tipo de dientes presente, con la inicial que le
corresponda y a continuación un número, a modo de exponente, que puede ser el 1
ó el 2. El primero significa poca presencia o desarrollo y el segundo lo
contrario, es decir, su presencia en la mandíbula es muy llamativa, por tener
un tamaño grande o por haber gran número de ellos. Es un modo subjetivo,
evidentemente, con el que se pretende compensar ambos aspectos.
Figura 3. Fórmulas dentarias de D. sargus y P. acarne |
En la figura 4 se representan las denticiones de algunas de
las especies estudiadas y la fórmula que se les ha asignado. Los esquemas se
han obtenido a partir de fotografías semejantes a la de la figura 1 y
corresponden al premaxilar en vistas labial y lingual y al dentario visto
dorsalmente. Las diferentes especies están ordenadas alfabéticamente.
Figura 4. Fórmulas dentarias de varias especies de Sparidae |
Por el modo de asignar las fórmulas dentarias, cuando una
especie posea tres tipos dentarios, igualmente representados, cada uno de ellos
llevará un 2 en el exponente por lo que el valor máximo de la suma de todos
ellos será 6. Pero cuando una especie como Sarpa
salpa tiene un sólo tipo de dientes, incisivos (I), ¿qué exponente debe
llevar la I de incisivos?
Se ha considerado que le corresponde lo que sería la suma
total, es decir el 6 (I6), por lo que en la fórmula dentaria de cada
especie la suma de los exponentes de los tipos de dientes que presente será 6.
De este modo el exponente real de cada tipo dentario está relacionado con otros
tipos existentes en esa mandíbula y no es comparable con los de otras especies.
Para entender esta idea repasaremos las fórmulas y los
esquemas representados en la figura 4 y compararemos por ejemplo, la fórmula de
L. mormyrus (C1 Ca1
M4) con la D. vulgaris (C2
I2 M2). El primero posee M4 porque son los
dientes que más llaman la atención en las mandíbulas mientras que la carda y
los caninos están presentes pero no destacan. El segundo se representa con M2,
porque los tres tipos de dientes están más bien equilibrados, sin ninguno que
destaque especialmente. Sin embargo, si comparamos los molares de las dos
especies, no parece que el primero tenga muchos más molares ni que estén mucho
más desarrollados.
3. Ángulo de potencia.
Sirve para relacionar la posición relativa del premaxilar y
maxilar, cuando la boca está cerrada (figura 5) y lo designaremos con la letra
α. Ese ángulo varía según el tipo de dientes que haya en ambas mandíbulas. Para
medirlo se consideran los puntos de referencia siguientes:
a) punto posterior de articulación maxilar – premaxilar.
b) punto anterior del premaxilar a nivel de la inserción
dentaria.
Los dientes visibles de cada mandíbula tienen preparados a
otros, debajo de ellos, para que los sustituyan cuando llegue su momento,
normalmente por desgaste. Por esta razón, las mandíbulas son tanto más
voluminosas cuanto más gruesos son los dientes que soportan. En la figura 5 se
aprecia el distinto contorno que tiene el premaxilar de especies sin molares
como Boops boops y Dentex gibbosus frente al de otras como Diplodus sargus o Lithognathus mormyrus que poseen gruesos molares.
4. Índice entérico.
Es un índice que da una información sobre la digestibilidad
del alimento consumido. Se representa por el cociente entre la longitud del
cuerpo (estándar o no, según el autor, LS) y la longitud del tubo digestivo
(LTD). La expresión LS/LTD hace ver que cuanto más largo es el tubo digestivo
mayor es el denominador y por tanto menor el resultado del cociente. Un tubo
digestivo largo se asocia a poca o difícil digestibilidad, de modo que permite
que el alimento esté más tiempo en el interior y se pueda aprovechar mejor la
energía disponible. Por el contrario, si la digestibilidad es buena el tubo
digestivo es más corto y el índice es mayor.
En mamíferos se suele utilizar la comparación entre
herbívoros y carnívoros, de modo que los primeros necesitan mayor longitud del
tubo que los segundos. Sin embargo, en el mar resulta difícil hablar en estos
términos y mucho menos valorar si se necesita un tubo digestivo más o menos
largo para comer caracoles, erizos o gambas. En este sentido, el índice
entérico viene a ser un patrón de medida para comparar la digestibilidad.
Para minimizar los factores que influyen en el valor del
índice, se calculó éste con ejemplares obtenidos en la misma época del año, en
ejemplares frescos, mediante disección y medida de la longitud estándar del pez
y la longitud del tubo digestivo.
En la tabla I se exponen los valores obtenidos para los
distintos parámetros. La columna N indica el número de ejemplares utilizados
para conocer el índice entérico. Las columnas restantes coinciden con los
parámetros que hemos explicado.
5. Modelo objetivo de diversificación teórica (MODT)
A la hora de diseñar el MODT (modelo objetivo de diversificación teórico), nos basaremos en las
fórmulas dentarias y,
una vez obtenido, situaremos a cada una de las especies estudiadas en el lugar
que le corresponda.
Para su diseño tendremos en cuenta las normas de VORSTMAN,
citadas por BERTIN (1958) en relación a la aparición de los dientes en los
peces óseos. De acuerdo con ellas se puede decir que: a) en una serie
transversal de dientes, los externos aparecen antes que los internos y b) en
una serie longitudinal de dientes, los anteriores son más primitivos que los
posteriores.
Aplicándolas a los Sparidae, se puede aceptar que la
aparición de los molares, siempre detrás de los incisivos o caninos, tanto en
las series longitudinales como en las transversales debe ser posterior,
ontogenética y filogenéticamente, pudiendo coexistir con cualquiera de ellos.
Además, los dientes en carda son mucho menos especializados
que los de cualquier otro tipo. Están presentes en muchas especies de peces
pertenecientes a distintas familias y parece que no hay duda de que de ellos
derivan todos los demás. En las mandíbulas de los espáridos son frecuentes los
dientes con aspecto intermedio entre carda y molares o carda y caninos, que
ilustran de diferentes modos esa transición.
Por esta última razón consideraremos a la fórmula C6
como la más primitiva y debe corresponder a una especie que no conocemos y que sólo presente este tipo de
dientes. En la figura 7 la situamos al principio, en el estadio 1, y a partir
de ella debieron surgir las diferentes especies a medida que fueron
especializándose los dientes.
En el estadio 2 se representan las fórmulas surgidas a
partir de ella de acuerdo con las dos tendencias señaladas: a) especialización
de los dientes anteriores como incisivos (C5I1) y b)
especialización de los dientes anteriores como caninos (C5Ca1).
Figura 6. MODT según la fórmula dentaria |
En el estadio 3 son ya cuatro las tendencias que pueden
manifestarse. Por un lado se pueden agudizar las tendencias iniciadas hacia la
formación de incisivos (C4I2) y caninos (C4Ca2)
respectivamente. Pero también puede comenzar la molarización en cualquiera de
las líneas y así surgen fórmulas como C4I1M1 y
C4Ca1M1 respectivamente.
En el estadio 4 aparecen ya seis fórmulas distintas, a base
de disminuir la presencia de la carda y aumentar los incisivos, molares o
caninos de modo gradual. La aparición de nuevas fórmulas en los estadios
siguientes se comprende fácilmente siguiendo las variaciones graduales de los
exponentes de cada tipo dentario (Fig. 6).
La formación de incisivos exclusivamente supone una
tendencia hacia un régimen fitófago. Mientras que la formación de caninos en
exclusiva se interpreta como una tendencia a un régimen zoófago de presas
blandas y con buena movilidad. La molarización se interpreta como la tendencia
hacia una heterodoncia más acusada, que permite un régimen alimentario muy
variado. En éste pueden alternar presas blandas que se protegen enterrándose o
siendo miméticas y con movilidad reducida, con presas duras protegidas por
caparazones o conchas. Estos tipos de presas pueden vivir en biotopos muy
diferentes por lo que, de acuerdo con las correlaciones depredador-presa, serán
capturadas por el depredador que tenga la forma del cuerpo apropiada para vivir
en ese biotopo.
Aunque se han puesto líneas de unión entre todos los
estadios, cabe pensar que no tienen todos la misma probabilidad de servir de
paso entre distintas fórmulas. Es el caso, por ejemplo, de las fórmulas que
suponen un aumento de incisivos o caninos a partir de una que tenga los molares
más desarrollados, es decir, con un exponente superior. La razón parece obvia,
si los molares están más representados quiere decir que la especie
correspondiente está dentro de una secuencia dirigida hacia la molarización
progresiva. Si hemos considerado que los molares aparecen más tarde que los
incisivos o caninos, ontogenética y filogenéticamente, una vez dentro de una
secuencia no parece lógico que se reactive de nuevo el desarrollo de tipos
dentarios primitivos.
Figura 7. Posición de las especies en el MODT según su fórmula dentaria |
Esta representación del MODT debe entenderse como una buena
aproximación para comprender las relaciones de parentesco entre las distintas
especies de Sparidae de nuestra fauna, más que como una relación lineal que
muestre los parentescos directos entre las distintas especies. Para entenderlo
basta considerar que hay 43 puntos con una fórmula dentaria cada uno, mientras
que el número de especies conocidas de la familia supera el centenar. Por
tanto, es evidente que no hay un punto para cada especie, aunque todas las de
cada género han resultado siempre muy próximas entre si, como debe ser.
Cada punto debe interpretarse, más bien, como el centro de
dispersión de una especie y a
partir de él se puede diseñar otro MODT para conocer la diversificación del
género. En este caso se pueden utilizar caracteres tanto cualitativos como
cuantitativos y no tienen porqué ser los mismos en cada uno de los géneros.
El cuadro de diversificación mostrado en la figura 7
quedaría como una hipótesis más si no se pudiera cuestionar con datos tomados
desde otros puntos de vista, que no sean las fórmulas dentarias y si no se
pudiera profundizar en la diversificación de alguno de los géneros.
A continuación, para probar la eficacia del modelo
establecido, utilizaremos la morfometría aplicada a:
a) índice entérico.
b) ángulo de potencia α.
c) diversificación del género Diplodus.
a) Índice entérico.
Figura 8. Posición en el MODT de los valores del índice entérico |
En la figura se aprecia que es positiva en todos los casos
menos en dos de ellos. Uno es el paso de Sparus
caeruleostictus (índice = 1,13), a Sparus
pagrus (índice = 1,23) del que podría derivar y otro es el paso de Lithognathus mormyrus (1,32) inferior al
de Pagellus erythrinus (1,34) de
quien parece derivar. Por tanto hay ocho pasos correctamente ordenados y dos
incorrectos, sin contar los tres iniciales de cada secuencia que se consideran
neutros por no tener referencia de comparación.
Las observaciones que se han realizado del contenido
intestinal confirman que Sarpa salpa
es herbívoro por excelencia, Dentex
es claramente zoófago especializado y las demás especies son zoófagas
generalistas, tanto más especializadas cuanto más cerca de las secuencias
extremas se sitúan.
b) Ángulo bucal.
Figura 9. Posición en el MODT de los valores del ángulo bucal |
En la figura 9 hemos sustituido las fórmulas dentarias de la
figura 6 por los valores de ese ángulo (Tabla I). Se aprecia que en las
especies donde es más acusada la molarización (líneas centrales), los valores
son mayores que en cualquiera de las líneas de los extremos superior (con
incisivos) o inferior (con caninos). Dentro de cada secuencia se mantienen las
tendencias a aumentar o disminuir ese ángulo de modo gradual y progresivo.
Solamente se aprecia una excepción en el caso de Dentex maroccanus con
un valor de 15° frente a los 11° de D. canariensis. En definitiva hay 11 aciertos y un fallo, dejando de
considerar los iniciales de cada serie (4) que consideramos neutros.
En definitiva, sumando los obtenidos con el índice entérico, resultan 19 aciertos y 3 fallos que cada
uno puede valorar como considere más oportuno. En cualquier caso se debe tener
muy claro que no es igual la probabilidad de acertar o fallar en dos pasos
consecutivos de una secuencia. Para acertar, los datos deben estar ordenados de
un modo preciso, mientras que para fallar cualquier ordenación es válida. Para
comprenderlo fácilmente se puede comparar con la dificultad de ordenar las
piezas del tangram, o de cualquier otro juego semejante. Sólo hay una posición
de las piezas que permita cerrar la caja con todas ellas en el interior, en
cualquier otra disposición no es posible cerrarla.
c) Diversificación del género Diplodus.
Con las fórmulas dentarias se daba una agrupación de las
especies del mismo género en una zona del MODT, pero es difícil afinar más,
hasta conocer las relaciones entre especies próximas, y más si recordamos las
dificultades señaladas a la hora de adjudicar a cada especie una fórmula concreta.
Para esto es más interesante acudir a la morfometría que además permite relacionar caracteres muy diferentes con
mayor objetividad.
En el género Diplodus
se han considerado tres especies a las que se han podido tomar datos de la
longitud del cuerpo (EL); altura del cuerpo (EV); longitud de la aleta pectoral
(LP); el tipo de dientes; la forma del dentario y el tipo de alimentación. En
la figura 10 se muestra la forma
de estas tres especies.
a) Forma del cuerpo.
Figura 10. Aspecto externo de Diplodus |
Sin embargo, la morfometría permite poner de manifiesto pequeñas
diferencias de forma. En este caso, para objetivar la forma ovalada del cuerpo
se midieron los ejes longitudinal y vertical de unos cuantos ejemplares y se
calculó el índice EL/EV. Los valores de este índice disminuyen a medida que el
cuerpo se va haciendo más corto y alto, es decir, menos fusiforme. En la tabla
II se indican los valores medios obtenidos. La especie que tiene el cuerpo más
corto y alto, es decir menos hidrodinámico, es D. sargus (EL/EV = 1,93).
b) Longitud de la aleta pectoral.
A medida que el cuerpo se hace corto y alto disminuye la
velocidad lineal, por lo que se hacen más lentos y sólo podrán capturar presas
de movimientos más lentos todavía. Para no gastar demasiada energía en sus
desplazamientos exploratorios, la forma del cuerpo permite orientarse frente a
una corriente ofreciendo siempre la menor resistencia, como una veleta en un
tejado frente al viento. En estas condiciones, unas aletas pectorales largas
facilitarán movimientos suaves para explorar el territorio buscando una presa.
Para objetivar este carácter se midió la longitud de la aleta pectoral y se
calculó el índice EL/ LP (Tabla II). Una vez más, D. sargus es la especie que posee la aleta pectoral más larga
(EL/LP = 2,59) para facilitar la capacidad de maniobra. Las otras dos especies
muestran una variación gradual de este carácter y mantienen sus valores en el
mismo orden.
c) Tipos de dientes.
Figura 11. Dientes sobre el dentario, vista superior |
En la figura 11 se muestran los dientes de la mandíbula
inferior de las tres especies de Diplodus,
a las que se ha añadido una cuarta, puntazzo, que es conocida como sargo picudo. Se han dibujado a partir
de fotografías y representado del
mismo tamaño para facilitar las comparaciones.
Todas ellas tienen unos incisivos que van cambiando
gradualmente de tamaño y de inclinación en la serie annularis – vulgaris – sargus – puntazzo. Posiblemente los de annularis
tengan algo que ver con la alimentación fitófaga, pero en las especies
restantes su tamaño e inclinación no les permiten “cortar” vegetales. Se pueden
interpretar más bien como herramientas para mover la arena del fondo y
desenterrar moluscos y equinodermos con caparazón duro, o bien capturarlos
sobre las rocas. Su empleo sería semejante al de las cucharas mecánicas que se
utilizan para cargar material amontonado como arena, guijarros, mineral, etc.
Cuando su tamaño y su inclinación son excesivos para este trabajo pueden
utilizarse como pinzas para desenterrar y capturar animales de cuerpo blando.
También tienen molares que van aumentando de número y tamaño
en las tres primeras especies, mientras que en la cuarta prácticamente han
desaparecido. Son las piezas adecuadas para triturar las presas de cuerpo duro
que hemos indicado, menos en la última especie que debe estar más preparada
para presas de cuerpo blando.
La secuencia mostrada en la molarización se corresponde con
la observada en la pérdida de la forma hidrodinámica y con el aumento de tamaño
de la aleta pectoral. Una vez más, la especie menos hidrodinámica (D. sargus) es la que tiene más desarrollados
los molares.
d) Forma del dentario.
Figura 12. Vista lateral del dentario (sin dientes) |
En la parte anterior están los incisivos que tienen
sustitución lateral y son tecodontos, mientras que los molares son acrodontos
con sustitución vertical. En ambos casos los dientes de sustitución se van
formando en el interior del dentario y sólo cuando han alcanzado un tamaño
adecuado están en condiciones de reemplazar a sus anteriores. Por lo tanto, el
tamaño del dentario debe ser suficiente como para dar el soporte necesario a la
fuerza que deben realizar los dientes funcionales y además guardar en su
interior al menos una serie de dientes de recambio. Así, la longitud de la
sínfisis mandibular será mayor cuanto más largos sean los incisivos, y la
potencia del cuerpo tanto mayor cuanto mayores sean los molares.
Los parámetros considerados se representan en la figura 12 y
son los siguientes:
LC, longitud del cuerpo por su lado labial
|
AT, altura total
|
LAS, longitud de la apófisis superior
|
Sin, sínfisis
|
AAS, altura de la apófisis superior
|
En la tabla III se presentan los valores de alguno de los
índices que se obtienen a partir de los datos morfométricos de los dentarios.
Todos los índices considerados mantienen la misma secuencia annularis – vulgaris – sargus. Pero
además, el que tiene los incisivos mayores (sargus)
es el que tiene también mayor la sínfisis mandibular (LC/Sin = 1,4), mayor
molarización y también el dentario más potente con el cuerpo más corto y alto
relativamente (LC/AT = 0,76).
e) Tipo de alimentación.
El análisis del contenido estomacal de las tres especies dio
unos resultados que se relacionan con los tipos de dientes y dentarios señalados, así como con la
forma del cuerpo. Pero antes de comentar lo encontrado en el estómago es
interesante hacer un breve comentario respecto a los tipos de dientes y el
régimen alimentario.
Es bastante corriente asociar los incisivos a un régimen
fitófago, de acuerdo con lo que se aprecia en mamíferos en una visión muy
general. Según esto, las especies del género Diplodus deberían ser herbívoras por excelencia y no es cierto. En
todos los ejemplares examinados de este género aparece arena en cantidad
variable, junto con bivalvos, erizos y Poliquetos de los que viven enterrados
en la arena. También se han encontrado restos de vegetales, Briozoos y
mejillones. Al parecer, los incisivos, excesivamente desarrollados, los
utilizan como herramientas, bien como pala con la que remover la arena que
aspiran junto con sus presas, o bien como rascador con el que capturan la fauna
sésil fijada sobre las rocas. Son claramente zoófagos.
Es muy diferente el caso de Sarpa salpa, con gran número de incisivos de tamaño y forma
semejantes, dispuestos en una sola fila, pero sin carda ni molares. En esta
especie se han encontrado algas exclusivamente en todos los ejemplares, es un
fitófago auténtico. El género Sparus,
muy semejante a Diplodus pero con
caninos en lugar de incisivos, es también zoófago, pero elige sus presas entre
los animales bentónicos protegidos con caparazones resistentes, que se mueven
libremente. Cuando aparece arena en los estómagos es en pequeña cantidad, lo
que se interpreta como que no la aspira, ni tampoco raspa superficies rocosas.
Por último, las especies del género Dentex,
también zoófagas, están especializadas en capturar presas sin caparazones, de
movimientos libres y rápidos. Lo que parece claro es que cada uno de los
géneros estudiados captura su alimento en biotopos diferentes, de acuerdo con
los dientes que presenta.
Si nos centramos en lo encontrado en el estómago de los
ejemplares del género Diplodus vemos
que su tipo de alimentación es muy semejante, pero hay una gradación en el tipo
de presas en el mismo sentido que en los otros parámetros considerados.
D. annularis.
Omnívoro con amplio espectro de presas animales y vegetales. Éstas aparecen troceadas,
lo que implica una acción concreta de trocear, que es posible por la
inclinación y forma de los incisivos. Entre las presas animales las hay de
consistencia tanto dura como blanda.
D. vulgaris. Su
alimentación es zoófaga de amplio espectro, de especies asociadas a fondos de
roca y arena. Entre las presas destacan las de consistencia dura como
Gasterópodos y Lamelibranquios que requieren molares para triturarlos. No hay
presencia de materia vegetal troceada, que justificaría la presencia de unos incisivos
más verticales. Así pues, el gran desarrollo alcanzado por los que presenta y la
inclinación que poseen, hacen pensar en un papel más especializado como
herramientas para desenterrar y sujetar las presas.
D. sargus. Su
régimen alimentario es zoófago de amplio espectro, con presas bentónicas sobre
fondos de arena y roca. Los Gasterópodos y Lamelibranquios, así como los granos
de arena, son de mayor tamaño (lo que equivale a mayor dureza) que en D. vulgaris. Estos hechos justifican la
mayor molarización y el mayor tamaño e inclinación de los incisivos, utilizados
también como herramientas.
D. puntazzo. Su
nombre común es el de sargo picudo, que se corresponde perfectamente con unos
incisivos exageradamente largos y casi horizontales. En su régimen alimentario
predominan las piezas blandas lo que corresponde con su falta de molarización.
Se puede interpretar como que se ha sobrepasado el límite de la molarización y
se vuelve a una situación que recuerda a la primitiva, pero adquirida muy
secundariamente.
Como resumen parece claro que los datos obtenidos desde
puntos de vista muy diferentes manifiestan un sentido evolutivo que coincide en
la mayoría de los casos. Por lo que este conjunto de datos nos parece un buen
ejemplo de la idea expresada por Darwin en el capítulo VII cuando dice: “Para que en un animal alguna estructura
adquiera un desarrollo grande y especial, es casi indispensable que varias
otras partes se modifiquen y adapten a esta estructura”. Por lo que cabe
pensar que se pueden tener datos semejantes en las especies de cualquier otro
género como Sparus o Pagellus.
A modo de resumen.
En la familia Sparidae se han considerado los dientes en
carda como los más primitivos e indiferenciados. De ellos derivan los caninos e
incisivos que son excluyentes entre si y no coexisten ambos tipos en el mismo
individuo. Esto se interpreta como que representan líneas evolutivas
diferentes.
La especialización extrema hasta poseer incisivos
exclusivamente, no excesivamente grandes y dispuestos más bien verticales, da
lugar a formas estrictamente fitófagas de las que Sarpa salpa parece ser la más evolucionada de las que hemos
estudiado.
La especialización extrema en la línea de los caninos,
llevada hasta el extremo, da lugar a especies que se alimentan de animales de
consistencia blanda y movimientos rápidos de las que el género Dentex parece ser el más evolucionado de
los estudiados.
Los molares son los últimos en diferenciarse y su presencia
en las mandíbulas es compatible con los incisivos y los caninos. Las especies
que poseen molares son las más heterodontas y, en consecuencia, son zoófagas de
amplio espectro o generalistas.
En las
secuencias propuestas, consideradas desde puntos de vista tan diversos
como: forma del cuerpo, tamaño de las aletas pectorales, tipo de dientes, forma
del dentario, longitud de la sínfisis mandibular, forma del dentario y de la
apófisis ascendente y tipo de alimentación, el número de aciertos y fallos es
de 39 y 3 respectivamente. Estos datos permiten pensar que la secuencia propuesta
tiene muy pocas probabilidades de ser debida al azar y puede corresponder muy
bien con el orden seguido en la diversificación de las especies del grupo
considerado.
En cualquier caso, el ejemplo de las tres especies del
género Diplodus parece corresponder
muy bien con la idea expresada por Darwin en el capítulo VII, cuando dice: “Para que en un animal alguna estructura
adquiera un desarrollo grande y especial, es casi indispensable que varias
otras partes se modifiquen y adapten a este estructura”.
Referencias
Bertin, L. 1958. Denticules cutanes et dentes (In: P.P.
Grassé, Traité de Zoologie, XIII (2),
Masson.
Darwin, Ch. El origen
de las especies por la selección natural. Edición digital basada en la de
Madrid, Calpe, 1921. Traducido por Antonio de Zulueta. Biblioteca virtual
Miguel de Cervantes: http://www.cervantesvirtual.com
Gállego, L. 2010. Zoología
una interpretación.
Lloris, D.; Allué, C.; Rucabado, J. y Bas, C. 1977. Datos
informativos 3. Inst. Inv. Pesq.
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